La importancia de no descuidar la alimentación en verano

 

Los meses previos al verano nos entran las prisas por perder esos kilos que nos sobran y nos ponemos a dieta, pero  la llegada del calor suele venir acompañada de cambios de horarios, tardes libres o noches más largas en la calle. Er resumen, se come más y peor.

Adelgazamos muy rápido antes del verano y engordamos durante los meses estivales. Este desequilibrio afecta de manera muy negativa a la salud y puede provocar problemas digestivos, hinchazón o malestar, entre otros. Según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, los españoles engordamos una media de tres kilos durante los meses de verano.

No podemos evitar adaptar nuestro estilo de vida a la estación del año, pero sí que podemos intentar mantener unos buenos hábitos. Resulta fundamental no cambiar la estructura de la dieta por más que sea verano. Hay que respetar una alimentación balanceada y equilibrada.

El verano nos regala una gran cantidad de alimentos ideales para esta época del año, que nos aportan la hidratación y la frescura necesarias para pasar los meses de más calor del año. Zumos de frutas, gazpachos, ensaladas frías… Serán soluciones sanas y prácticas para resolver un montón de comidas tanto dentro como fuera de casa.  La naturaleza es muy sabia y nos otorga este tipo de alimentos en una época en la que además nuestra piel necesita más protección frente a la radiación solar. Con el calor apetece comer más ligero y hay una gran variedad de alimentos de temporada que pueden hacer nuestros platos más vistosos y apetecibles. Es  una buena época para mejorar nuestra alimentación.

Como líquido habitual para hidratarnos debemos de elegir el agua puesto que los refrescos azucarados pueden disparar la ingesta de azúcar, algo nada saludable y los refrescos no azucarados pueden no ser inocuos cuando son consumidos de forma habitual en sustitución del agua. Otras bebidas saludables son las infusiones, los zumos de frutas naturales recién exprimidas o los smoothies

A la hora de escoger un helado, siempre es más recomendable un sorbete natural que un helado con nata u otro tipo de grasas. Si nos llama mucho esa última textura, los podemos elaborar con quesos frescos, cuajadas o yogur. El resultado es parecido y nuestras arterias y nuestra báscula nos lo agradecerán.

El verano no es una excusa para descuidar nuestra dieta, podemos disfrutar igualmente del buen tiempo alimentándonos de forma correcta. No sólo nos sentiremos mejor con nuestro cuerpo, sino que también nuestra salud mejorará. Y eso se notará en nuestro estado de ánimo. ¡Disfrutemos del verano!


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