Cómo se sirve el queso

 

Este producto alimenticio casi tan antiguo  como la propia humanidad, se ha hecho imprescindible en nuestros días; tanto por tratarse de un alimento básico, como por el seductor placer de degustar sus variedades.

Para poder disfrutar mejor de ellos, hay que tener siempre la precaución de sacarlos de la nevera  al menos una hora antes de servirlos, dándoles así tiempo de recuperar sabor y olor, a temperatura ambiente. 

Lo ideal es servir los quesos en una bandeja de madera evitando las bandejas de metal que altera el sabor de estos.  Con la tabla de quesos es oportuno llevar a la mesa diversos tipos de pan: pan de higo, nuez, con palitos de pan, pan de pueblo... Lo que traerá aún más éxito a su tabla de quesos es acompañarla con frutos secos, fruta seca, o fruta fresca: uvas, cerezas, higos, albaricoques, o también junto con un tarro de mermelada.

No hay que olvidarse de equipar la tabla con varios cuchillos para evitar mezclar sabores y texturas cortando con el mismo cuchillo un queso cremoso dulce y un queso fermentado.

Los quesos se deben comer en un orden determinado en función de sus sabores. Es, pues, indispensable organizarlos en un círculo, hacia la derecha, pasando de los más frescos o más suaves a los más maduros o más fuertes. Coloque los curados cerca de la orilla, ya que son más difíciles de cortar, por otro lado los quesos azules se colocan mejor en el centro, ya que son desmenuzables. 

No quitar nunca la corteza que revela su naturaleza.

Hay que dejar espacio entre los quesos para evitar que se toquen entre sí.

Teóricamente deberían presentarse  en su forma integral, no cortados ni empezados, para que el invitado no tenga la sensación de que se le ofrecen sobras, pero la práctica es distinta porque excluye la entrada a las piezas grandes, como el gruyere o el parmesano. Por eso la interpretación de la regla básica sugiere presentar cortadas por la mitad las piezas medianas y en cuñas las piezas de mayor tamaño.  Pero sobre todo recuerde siempre centrarse en una presentación sencilla y sobria que no robe protagonismo al queso.

¿Cuándo se debe servir el queso?

En Inglaterra y Bélgica, se sirve después del postre. En Francia, entre el plato principal y el postre (En efecto, los quesos neutralizan la astringencia del vinagre o el limón, y prepara el paladar para el dulzor del postre) Son una buena manera de rematar una comida, pero también resultan exquisitos como almuerzo ligero, como cena o como tentempié.

 

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