Cazón o "bienmesabe"
En numerosas ocasiones surge la pregunta acerca de si en alguna ocasión alguien ha comido tiburón, y la respuesta más común es que no. Sin embargo, es muy probable que numerosas veces hayamos disfrutado de un cazón adobado o del famoso "bienmesabe" en nuestras vacaciones.
El cazón es uno de los tiburones más pequeños que se pueden encontrar en las lonjas. Aunque la palabra tiburón nos recuerde ese peligro del que tanto hablan las películas, es una de esas delicias que debemos tener en cuenta a la hora de comer pescado, porque al fin y al cabo es un pescado blanco, con una textura prieta y un sabor ligero y agradable.
Conocido popularmente como "nariz de cristal", este tiburón de nuestras costas, cuyo nombre científico es “Galeorhinus galeus”, tiene un color gris acerado que se va aclarando hacia sus flancos, sus aletas mantienen el mismo color del cuerpo y posee el vientre blancuzco. En el mercado suele encontrarse sin cabeza y sin piel, para evitar que los compradores piensen que es un tiburón.
El cazón vive en aguas no muy lejanas de la costa, pudiendo encontrarlo en prácticamente cualquier lugar. Habita sobre fondos de arena o guijarros, sobre los cien metros de profundidad, aunque se han observado en aguas costeras en temporada de verano, si bien es principalmente un pez de fondo, a veces asciende a la superficie. Podemos encontrarlo de manera más o menos abundante en el Atlántico y en el Mediterráneo.
Es de destacar que fue la principal fuente natural de vitamina A durante muchos años, hasta que los avances científicos lograron obtenerla prescindiendo de este pez. Hoy se pesca comercialmente, pero para filetearlo, secarlo y salarlo vendiéndolo en algunos casos como bacalao nacional. Posiblemente esta sea la razón de la disminución de la cantidad de ejemplares cercanos a la costa.
El cazón acepta muchísimas formas de preparación, desde en salsa, hasta al estilo “amarillo” de la costa andaluza, pasando por el frito, adobado, y al horno.
Cuando se compra, lo mejor es que nos los den sin espina. Hay que tener en cuenta siempre que esa piel de lija que tiene el cazón no se come, lo ideal es hacer unos filetes, marinarlos con algo de limón, pimentón y aceite de oliva unos 10 a 20 minutos, empanarlos y freírlos, es lo más clásico
Pero el cazón tiene un problema. Hay que comprarlo para comerlo en el día ya que enseguida coge ese aroma tan desagradable a amoniaco que evidencia el poco frescor de la pieza.
Acompañado de una serie de recetas donde el cazón es protagonista, como el cazón en adobo o caballa (pescaito frito), el cazón marinero o el cazón con patatas en cazuela.
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