Una noche tan mágica como la de los Reyes Magos, que traen regalos para todos, debe ser agasajada con dulces y postres, compartidos con los Magos de Oriente y su sequito. Durante todas estas fiestas en muchos lugares del mundo se preparan dulces que indican la victoria de la luz sobre la oscuridad. Comienzan a ser los días más largos y es símbolo sin duda de la llegada al mundo de la esperanza y este símbolo se traslada a los niños con sus regalos más deseados o los que van a necesitar más. .

El mejor colofón es para estas fiestas tan entrañables es siempre, al menos en España, un roscón de Reyes.

El roscón de Reyes es un tipo de bollo de masa fina con forma de anillo, y decorado con trocitos de frutas confitadas o escarchadas de colores variados y a veces relleno de nata o crema, el consumo de este producto se localiza al final de la Navidad en la celebración del día de los Magos de Oriente, el día seis de Enero.

El origen de nuestros actuales roscones de Reyes se deriva de los pasteles redondos y circulares que eran ofrecidos al dios Jano (dios de las puertas) por los romanos. Tan popular era esta costumbre en el antiguo Imperio Romano que al dios Jano también le llamaban "dios de los pasteles".

Dentro del roscón suele haber una sorpresa o regalito, y es costumbre que quien lo encuentra tiene obligación de comprar otro roscón. La tradición de meter un regalo en el Roscón de Reyes proviene de la fiesta holandesa llamada El Rey Bebe: la fiesta del día de Reyes se celebraba en familia y se elegía un rey de la fiesta, el modo de designarlo era ocultar una judía o una moneda en un bollo o en un pan.

Queremos ofreceros algunos de estas recetas con origenes muy diferentes, como el pan de Pascua, el Roscón de Reyes, los pastissets de Nadal, el tronco de navidad o las galletas de navidad.