Sus orígenes se remontan al Neolítico, cuando el hombre se asentó y para poder conservar y consumir los cereales recolectados, los trituro y los transformo en pan, por efecto de la levadura natural. La galleta nace de una segunda cocción de dichos panes, así se conservaban más tiempo y eran fuente de energía. 

Los primeros vestigios sobre la galleta surgen en Mesopotamia, donde la cultura Asiría tenía hornos especiales para cocerlas. En la V dinastía Egipcia, en la tumba del faraón Ti, se pueden ver imágenes de cómo se elaboraban dichas galletas. Grecia en donde toma su verdadera esencia al cocer por dos veces los panes, se las llamaba “dipyres”.
Por su facilidad de transporte, fueron utilizadas por las legiones romanas para alimentarse. Colón en su primer viaje a América, ya en la intendencia se nombra a las galletas como un alimento esencial para la travesía.

La famosa Catalina de Médicis, también responsable de la introducción del uso del tenedor, dio realce a la galleta hasta entonces considerada un alimento vulgar, tanto que sus pasteleros florentinos mejoraron las galletas con otros ingredientes que las enriquecían. La palabra francesa que las denomina “biscuit”, procede del latín: “cocido dos veces” o “bis coctum”.

La galleta es un alimento de alto valor energético, entre 400 y 500 calorías, que variarán en función del tamaño y composición. Las galletas tienen un alto contenido de hidratos de carbono, seguido de las grasas y las proteínas, además de almidón, por lo que aportan energía de liberación lenta.

En su composición, las galletas suelen llevar básicamente, harina de trigo u otros cereales, grasas vegetales y azúcar. Además se les pueden añadir coco, chocolate, frutos secos, salvado y otros muchos productos, dependiendo del tipo de galleta que sea. Las galletas son muy diferentes entre sí, pudiendo ser saladas o dulces, simples o rellenas.

Existen infinitos tipos de galletas según su forma de preparación, como la oblea: galleta grande y blanda, los galletones, que son galletas grandes individuales, generalmente con valor nutritivo agregado, el Pretzel, que es un tipo de galleta con una forma particular, y también podemos encontrar las galletas de la fortuna, que encierran en su interior un mensaje sobre nuestro futuro.

Normalmente se suelen consumir en desayunos y tentempiés, pero también intervienen en otros muchos platos como acompañantes. Las variantes creadas, tanto dulces como saladas, son una inmensidad, y se combinan con muchísimas recetas, como la torta manchega, indispensable para realizar el gazpacho manchego o las galletas de tipo bizcocho que lleva el Tiramisú.

A continuación recomendamos varias recetas de galletas, galletas de chocolate, las galletas con miel, las galletas o cookie houses, las galletas de queso o las galletas de cerveza.