Instrucciones de elaboración:

Para empezar poner las espinacas a cocer en agua que esté ya hirviendo intensamente, mientras tanto pelar los dientes de ajo (se que una cabeza entera parece mucho, pero si se ponen menos empobrece el sabor) y se pican muy bien.

Una vez estén las espinacas cocidas las colar pero reservando el agua en la que han estado hirviendo en un recipiente, ese agua que ha recogido en el proceso de colación y que tendrá el tono verdoso de la verdura, se devuelve a la olla, volver a calentar hasta el hervor y ahí es donde se cuece los spaghetti, en el agua de las espinacas.

Mientras se hace la pasta, freír en una sartén la carne hecha tacos y espolvoreada con pimienta blanca.

Después en una sartén grande calentamos el aceite necesario para dorar muy ligeramente el ajo picado, cuando se vea que el ajo esta en el punto óptimo, ni crudo ni totalmente frito, volcar el vino blanco y la pastilla de caldo desmenuzada y dejar a fuego vivo que empiece a burbujear.

Dejar que el vino dé en pleno hervor un minuto, no más, para la evaporación del alcohol, pasado este minuto añadir las espinacas coladas que previamente se habrán cortado para que en su momento queden bien repartidas.

Se mezclan bien a fuego medio con el caldo que habrán formado el vino y el caldo hasta que hayan absorbido la mayor parte del liquido, en este punto agregar la carne y la pasta colada pasada por agua fría, mover un poco e inmediatamente le añadir los dos huevos y a fuego medio bajo con la ayuda de un par de espátulas de madera se va removiendo y mezclando con paciencia hasta que se vea que las espinacas y la carne están bien repartidas y los huevos, vigilando que no cuajen, han hidratado los spaghetti.

Si se ve que a pesar de los huevos el conjunto se está resecando mucho se puede apagar el fuego cuando todo este muy caliente y seguir mezclando con las espátulas.

Una vez hecho esto ya solo queda servir y esparcir queso rallado por encima (parmesano o similar si es posible).

A una cantidad notable de personas las espinacas no les llaman la atención en absoluto.

Hay quién encontrándose en ese caso, en esta receta no solo las han tolerado sino que han llegado a apreciarlas.

El Brecha